CONFIDENCIAL

CONFIDENCIAL Para mí lo secreto es un baúl y sus candados, en cambio lo confidencial es solo una caja cerrada con una tapa removible. El primero puede durar años o toda la vida y quien lo viola merece todas las penas del infierno. La confidencia obedece a una actitud necesaria en la que siempre habrá un resquicio por donde ingresar o bien escapar y la sanción que corresponde nos enseña que a aquella persona que no la respetó no es digna de hacerla depositaria de una nueva confidencia. Suele decirse que alguien es confidente de otra, que escucha los silencios de su vivir o tal vez que sea además su consejero. Hay confidencias que uno escucha como muestra de confianza estrecha, de intimidad. Que no se quiere que se divulgue por un tiempo pero que finalmente su contenido será conocido por todos. Mas las hay que uno no hubiera querido escuchar jamás porque le ha sido ingrata como la que me hizo aquel personaje de sus noches matrimoniales y que luego me ponían muy incómodo ante su mujer no pudiendo dejar en el olvido la confidencia de ese marido impuro… Considerado el respeto que se merece, Hardy Wistuba contaba de aquel amigo que para conseguirse esa confidencia basada en la seguridad mutua le decía: “ Cuéntamelo no más que yo soy como una tumba” y que él le respondió: “Si, y después la cosa anda de tumba en tumba”…Algunas profesiones trabajan con sus contenidos dentro de la confidencialidad que a veces tienden más bien al secreto, dígase de los médicos, psicólogos, abogados, notarios, periodistas si se comprometen a guardar las fuentes de su información, los sacerdotes y la reserva o el secreto de la confesión.

Ya he contado en un escrito anterior de aquel padre e hijo que cuando demolían una casa de adobes en la región del Maule, encontraron inserta en un muro una petaquita de cuero llena de monedas. Aquel era un lugar secreto de uno de los antiguos dueños- seguramente ya fallecido y que no creía en los bancos- pero aquellas monedas por ser de un siglo atrás no tenían valor alguno y fue un secreto bien conservado hasta que llegó la picota de los Echeverría. Siempre digo que yo quisiera un lugar secreto en mi casa pues querría guardar algún bien u objeto en esa condición y no encuentro en donde. Existen secretos en las familias, secretos en los matrimonios de los que no se habla nunca más. En la literatura se develan secretos que solo ven los comprometidos. Un funcionario no puede revelar un secreto sin incurrir en delito. Los estados después de cierto tiempo “desclasifican” secreto para que se conozcan por fin sucesos que quedaron pendientes. Iván Contreras R. 2012 Profesor Emérito, U. de Concepción