UN BUEN APRETON DE MANOS



            Al estilo antiguo, en el momento de darse la mano los varones apretaban fuerte. Las damas en forma delicada. Siempre he pensado que en esto de darse la mano hay un lenguaje que entenderán los comprometidos y que tendrá connotaciones diferentes en la ciudad, en el campo, en la mina, en el mar, en el sur y en el norte o en el entusiasmo de la jornada deportiva.
            Ha habido quienes pretenden descifrar la calidad del saludo en la fuerza aplicada en el apretón de manos. O sea verlo con criterio científico, que si eres extrovertido o introvertido, tal vez si eres valiente o tímido. Yo prefiero verlo con el criterio de la amistad.
            Dándose la mano se sella un acuerdo, se establece un compromiso. El darse la mano es expresar cordialidad, puede ser signo de afecto. En el caso del pésame se expresa un sentimiento de apoyo, de condolencia. Tiene significación universal cuando dos personas que no se entienden por el idioma, pueden hacerlo con un buen apretón de manos. Siempre, eso si, es considerado una gran ofensa el negarse la mano. Dejando con la mano estirada es desconocer la integridad de la otra persona. A partir de la Edad Media se dio la mano como saludo para indicar que ésta no estaba armada.


            He observado que la joven campesina solo se deja tomar la mano sin responder a la presión para que el varón no suponga segundas intenciones, pues ella entiende que después de todo ese contacto es como una entrada hacia el alma. Al contrario de las damas que son ejecutivas en su actuar y su pensar reflejan un gran carácter al tomar su mano.
            Darle la mano a alguien notable queda para el recuerdo, pero no fue así cuando pasaron por Contulmo Allende y Neruda; estando junto a ellos y no les di la mano, ambos estarían disfrutando de ese momento de sus vidas y con el tiempo he llegado a creer que ni me vieron. Asimismo estuve cerca de don Juan Antonio Ríos en la estación de Purén; de González Videla en Los Angeles, de Alessandri, “el León”, en Concepción y de su hijo Jorge en la capital, haberlos visto sin saludarles de mano.
            Desde un tiempo a esta parte, el darse la mano ha sufrido una merma cuando reapareció la usanza de acompañar al saludo con las damas dejando resbalar un beso por las mejillas. Forma de encuentro que ha tenido modificaciones en el tiempo, porque saludarse con alguna forma de beso no es nueva, costumbre en el pasado interferida por cuestiones de sanidad o higiene, de pestes o epidemias que han hecho variar su calidez, y probablemente destinada a cambiar en el futuro, dejando a firme mi preferencia a seguir dando un franco apretón de manos a damas y varones, de simpatía, de bienvenida o despedida.
                                                                                               Iván Contreras R.-2010

2 comentarios:

  1. Un buen apretón de mano mirando a los ojos hoy en día es franqueza en el actuar.

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  2. Nelsie contreras Barbett31 de agosto de 2010, 20:40

    Los humanos necesitamos el contacto físico...¡y si no hay más, que sirva el apretón de manos! pero me gusta más darte un beso cariñoso y grandote...
    Te quiero mucho
    Nelsie

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