Sobre lo mismo, las lomas de Purén


            Como en la pintura en que se aplica la metodología de pintar series sobre un mismo tema, tal como lo enseñó Monet con sus iglesias francesas a diversas horas, los nenúfares o las eras de heno. Escribir secuencias teniendo como asunto la vida en tiempos de la infancia que ahora en la etapa vieja emerge con gran claridad.
             En las páginas, van armándose los conjuntos geográficos característicos de Malleco  con sus lomas y pajonales, de cielos abiertos, de cultivo – antes que llegaran los pinos – del trigo y la chacarería, desde lo natural y vegetal, los ciclos de la tierra y el agua, de la vida animal en los pastos y totorales, del ambiente social del campesino, de la jerarquía administrativa y de la infraestructura.




            Eran tantos los aspectos propios de una existencia en equilibrio, que se magnifican a través de la distancia en el tiempo y que merecen contarse. Y con los relatos se va haciendo una historia, se recupera una forma de vivir, se recompone el sentido de la época, como re-vivencias para quienes participaron de ella en aquellos días, como información a las generaciones actuales y a las futuras.
            Me he dispuesto a hacer reseñas sobre esa zona, principalmente de aquella parte llamada Huitranlebu, entre Purén y Lumaco, en la década que va de 1933 a 1943, de la infancia llena de acontecimientos que enriqueció la madurez. De evocaciones que han fluido de la memoria mansamente pero con la fuerza suficiente para exigir ser escritas. Me han dicho mis amigos que estoy escribiendo sobre lo mismo y yo pienso que no estoy repitiendo nada ya que no era pura rutina y cada episodio es distinto como el transcurrir de cada día. Otras personas que aman el campo encuentran en estos relatos la interpretación de sus recuerdos, Mercedes asegura que despiertan emociones dormidas en ella en la remembranza de su propio pasado. Quienes pasaron su infancia en la ciudad han descubierto una realidad paralela en los campos, piensan que quizás se perdieron algo y que esas falencias en sus existencias las están recuperando al leer estos escritos.
            Encuentro una gran satisfacción en llenar con palabras hojas de mis libretas de  hojas blancas, mezclándose con dibujos, pequeñas pinturas a la acuarela, números de teléfonos y de correos electrónicos. Escritas en momentos de desvelos nocturnos, de amanecida o en cualquier momento propicio, a mano primero, después en la pantalla. Ahora me doy cuenta, siendo pintor, acerca de cómo hacen su vida los escritores de profesión, escribir dando salida a sus elucubraciones con cierta urgencia. Capacidad grandiosa la que ellos tienen de escribir, cada uno con su estilo, con sus técnicas y recursos, con la preeminencia del oficio.
                                                                                                      Iván Contreras R.2010

2 comentarios:

  1. Nelsie contreras Barbett31 de agosto de 2010, 21:01

    Sólo hoy descubrí esta página...¿y por qué me emociona leerte?...veo a mi padre y a ti, con tus lomas queridas de suaves curvas femeninas y tonalidades múltiples en el horizonte, chiquitos,y me enternece.

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  2. Nelsie: Se agradece la opinión sobre un modesto escrito, evocación de tiempos idos, pero realidades geográficas que ahí permanecen,suaves colinas que indudablemente se relacionan con las curvas femeninas de la tierra. Es la característica de Malleco y esa variedad de lomas, mallines, pajonales y montes de árboles nativos y su gente........Todos tenemos una infancia que podemos escribir...

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