Como alfiler de gancho



           “Como una firma o un sello/ o una marca que se muestra con orgullo,/ has puesto en mi un alfiler, /un tierno y frío y suave y cerrado/ alfiler de gancho”. (Tulio Mendoza Belio-En tu hermosa materia, -2008-).
            Humilde artefacto, el alfiler de gancho. Lo vi hecho en alambre de plata, seguía siendo humilde.
            Esa noche, entrada con gancho es la que ofrece el circo en la última función de la temporada y uno puede llevar a su “prenda” sujeta al brazo como con un alfiler de gancho.

            Uno pequeñito, pero tan perfecto como uno grande, me emocionó al traerme recuerdos del pasado, de nuestra madre que solucionaba muchos problemas con uno de ellos. Si había que afirmar dos piezas de vestir, ahí estaba el alfiler de gancho; reparar el tirante del sostén o del pantalón; si había que cerrar una bolsa, una cartera o un bolsón de libros de la escuela, pues con un alfiler de gancho. Se colgaban las medallitas del santo de devoción con uno en miniatura.
            Llamados también imperdibles unían los pañales de los bebes o uno mayor sujetaba la mantilla. En otros lugares ha llevado nombres relacionados con la crianza, “ de nodriza” en Colombia o “de criandera” en Cuba.
            Asimismo han tenido uso en medicina para asegurar vendajes de heridas o de  quebraduras.
            Del alfiler de gancho que ya por su diseño es bastante seguro, se han hecho algunos con una traba que los garantiza más aún, sobre todo, cuando han incursionado en la moda como en aquellas faldas escocesas enganchadas al lado.
            Como no pueden faltar en los hogares urbanos o rurales se les ha vendido en tiendas y paqueterías, y antiguamente eran motivo de oferta por docenas en los trenes y ferias junto a otros productos corrientes. Han estado presentes en la memoria; se estima su invención hacia 1000 A. de C., precediendo a los botones de los que sí se sabe cumplen su función de abrochar desde la Edad Media. Alguien lo patentó como invento suyo en 1849.
            Ayer me encontré uno en un bolsillo de un pantalón nuevo, seguramente se quedó allí con una instrucción de fábrica, lo que me hace pensar que el alfiler de gancho aún no tiene reemplazo.
                                                                                                   Iván Contreras R. 2009

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