Decir más sobre los bastones


Decir más sobre los bastones

Cuando se trata de bastones no hay que pensar que solo están destinados a los ancianos o a los impedidos. Jorge N. Artigas Coch que escribió un opúsculo bilingüe sobre el tema: El Arte de caminar con bastón los plantea como un magnífico auxiliar para caminar a gente sana y deportiva y de hecho en los campos de Chile las gentes de allí cuando deben andar largas distancias, atravesar desiertos, subir o bajar montañas cualquier tipo de bastón ha de ser sumamente útil porque ayuda a alivianar el peso del cuerpo como asegurará el equilibrio. Entre los scouts el báculo forma parte del equipo porque ese modesto palo permite las excursiones por las variantes de relieves geográficos, pero además presta otros servicios auxiliares para los cuales existen los debidos protocolos.

El bastón debe formar parte del equipamiento de la casa, como una herramienta más. Aunque
son de madera pueden existir de otros materiales y podemos ver por las calles de las ciudades
bastones ortopédicos de aluminio con fines médicos a los que se les pueden dar diversas
dimensiones.

Recuerdo que cuando un presidente de Chile visitó al Perú, el jefe de aquel estado lo invitó a
visitar Machu Pichu y premunieron a toda la comitiva de útiles báculos, que les llegarían hasta
cerca del hombro y con los cuales afirmarían sus humanidades por subidas y bajadas, también por las muchas escaleras de piedras del campo arqueológico. Eran unas simple cañas sin empuñadura, a coger desde la altura cómoda a cada caminante, la parte superior cubierta con una graciosa  funda de lana de vicuña de mil colores.

A propósito de empuñaduras existen bastones que no las tienen, solo un extremo pulido, pomo o bola, otros la tienen en forma de ángulo recto, en forma de T y la más propia es , sin duda, la hecha en arco de la misma vara y para dar esta curva existen técnicas diversas que conocen bien quienes se aficionan a fabricarlos, siendo bastante demorosas en todos los casos.

Según nos cuenta Jorge en su libro, él se introdujo en el tema cuando fue invitado en Europa a una caminata por la mañana junto a un grupo de personas en que todos manejaban bastones y
zapatos especiales para caminar- Strasburgo 1981-. Aprendió que el uso del bastón tiene sus
movimientos, cadencia o ritmo. El mismo indica que ahora lo lleva cuando visita museos o lugares en que tendrá largas permanencias, en donde hay bastante que ver, tal cual lo hago yo por las calles de San Pedro de la Paz haciendo ejercicio para mover el colon fatigoso o las piernas claudicantes. Entonces lo que uno puede pedir para nuestro país es que se olviden de los prejuicios sobre el bastón como propio de los viejos y que en los lugares turísticos los tengan para facilitarlos a los visitantes que los requieran. A ellos, además de permitirles el caminar posibilitaran el descanso en detenciones apoyándose en él de diversas maneras.

El grosor y el largo depende de los gustos, de la talla de la persona, variable en brazos y piernas y el alto ideal tiene que ver que la empuñadura alcance al hueso del fémur o a la cadera, para lo que conviene partir con un trozo de palo más largo e ir acomodando a la propia altura, de modo que el cuerpo se mantenga derecho y el brazo ni estirado ni encogido. Cada persona sabrá con que extremidad llevará su bastón siendo deseable que pueda cambiar de mano cada cierto tiempo. Si tiene varios bastones en su bastonera es totalmente justo que tenga su regalón, aquel que se acomode mejor a sus necesidades ambulatorias.
Iván Contreras R. 2010

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