En su libro Diez años en Araucanía, 1889 – 1899, Pehuén Editores, el ingeniero belga Gustave Verniory nos cuenta la maravilla del asentamiento del ferrocarril de Victoria a Temuco, con el trazado de líneas y la construcción de puentes sobre ríos bajando desde las montañas. Al fragor de las locomotoras, los trenes avanzaban hacia el sur invadiendo las llanuras, a veces circundando las lomas o cortándolas por la mitad.

Junto a muchos sucesos y anécdotas, en la obra se relatan los años iniciales de la vida en Angol, Traiguén, Victoria y Temuco, incluidas viñetas sobre Concepción y Santiago. En sus páginas nos señala que se oía una verdadera babel de idiomas en las plazas de esos pueblos, alemán, francés, español y mapuche. En cuanto a la cocina chilena: “si tu hubieses probado una cazuela de ave, un valdiviano, un charquicán o un plato de bacalao a la vizcaína, ya no desearías otra cosa”. En otro lugar hace un alcance que da que pensar:”El l4 de octubre (1890) he cumplido 25 años, ¡ un cuarto de siglo!. ¿La mitad de la vida, puede ser?”
Tiene talento este autor al situar muy bien la época en que vivió, teniendo sin embargo sus escritos un halo de modernidad. Debemos celebrar la iniciativa de los descendientes de Gustave Verniory - uno más de los belgas que han aportado al desarrollo de Chile - que resguardaron esos papeles y mensajes, y buscaron las instancias adecuadas para que tuvieran la publicación que merecían. Y nosotros conocer la última década de ese siglo desde una fuente directa.
Iván Contreras R
Fíjate que esto es muy interesante...más cuando ¡por fin! estamos enfatizando y validando la Historia Local con nuestros alumnos. Usaré tu idea, trabajaré con el "Túnel de Nahuelbuta" y el extinto ferrocarril. Besos-
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